viernes, 13 de agosto de 2010

Vergüenza ajena

Van pasando los años y parece a menudo que en vez de internarnos en el futuro nos enredamos en un pasado que ingenuamente creíamos superado. La visita turística que la esposa del presidente de los Estados Unidos, Michelle Obama, acaba de realizar a Marbella y la zona limítrofe (Granada y Ronda) nos ha sumido en esa España que muchos asociamos a las imágenes en blanco y negro de un tipo de televisor que ya es pieza de museo o, lo que es aún peor, a las obligatorias escenas del No-Do franquista. Ahora lo vemos todo en color y en tecnología digital. Sin embargo, desde el punto de vista del contenido propiamente dicho, podríamos decir que estamos ante un "remake", como dicen los norteamericanos, de una de las más famosos películas de aquella época, "¡Bienvenido, Mister Marshall". En esas imágenes reconocemos algunos de nuestros defectos seculares. Es la España del esperpento y de "La escopeta nacional", de Valle-Inclán a Berlanga. Son imágenes, en fin, que nos hacen reír... para no llorar. ¿La España del pasado? ¡Eso creíamos! Pero a pesar de tanta modernidad de postín, de tanto maquillaje ultramoderno, parece que seguimos siendo los mismos, sin sentido alguno del decoro y del saber estar, haciendo el ridículo del que se siente en inferioridad y mendiga unas migajas de reconocimiento. En una palabra,¡unos catetos!