lunes, 11 de septiembre de 2017

La transición según Ónega

Qué nos ha pasado, España. De la ilusión al desencanto. Fernando Ónega. Plaza Janés, Barcelona, 2017. 403 pp. 21,90 €

Publicado en El Cultural, 28-07-2017.

http://www.elcultural.com/revista/letras/Que-nos-ha-pasado-Espana-De-la-ilusion-al-desencanto/39943

Tanto el título como el subtítulo del nuevo libro del periodista Fernando Ónega (Mosteiro, Lugo, 1947) pueden inducir al interesado que contemple el volumen desde la mesa de novedades a un cierto equívoco, potenciado por la foto en blanco y negro que domina la parte superior de la portada: Adolfo Suárez, con el pitillo en la boca, ofrece fuego al otro lado de la mesa a un jovencísimo y casi melenudo Felipe González. Un nuevo retrato nostálgico de la transición, puede pensarse con esas apariencias. ¿Un ayer idealizado desde la óptica y la consciencia de que el áspero presente apenas deja resquicio a la ilusión y sí amplio campo a la incertidumbre y con ella al desencanto?
Quien siga la trayectoria del famoso periodista gallego –cosa harto fácil, dada su persistente presencia como analista político en los más variados medios (prensa, radio y televisión) durante más de cuatro décadas- sabe que Ónega, pese a su veteranía, no se limitaría a ese ejercicio de añoranza inútil. Sí que es verdad, y hay que apresurarse a reconocerlo, que hoy en día para muchos –sobre todo los más jóvenes- su dibujo de la transición parecerá como mínimo edulcorado y su aprecio por los protagonistas de la misma, excesivo o impostado. Pero lo que pasa es que Ónega fue hombre muy de su tiempo en aquella coyuntura histórica e intenta serlo también en esta otra que vivimos. Por ello mismo, su propósito es simplemente recrear un pasado que juzga admirable desde la atalaya actual. Para decirlo en términos reconocibles por el lector que haya seguido sus últimos libros, aquí se volverá a encontrar el tono y el tipo de observación que desplegó en volúmenes tan exitosos como Puedo prometer y prometo (centrado en la figura de Adolfo Suárez) y Juan Carlos I, el hombre que pudo reinar.
Si despojamos la pregunta del título de sus ribetes pesarosos, podríamos responder –y con ello sintetizar el pensamiento del autor- que a España le ha pasado algo tan sencillo de decir como intrincado de ponderar en todas sus implicaciones: que ha cambiado mucho, muchísimo, hasta el punto de que los españoles hoy vivimos en una sociedad que en múltiples aspectos –económico, laboral, cotidiano, mentalidades- poco o casi nada tiene que ver con aquellos tiempos de la transición. Ónega quiere subrayar este proceso de transformación hasta el punto de que dedica una de las partes de las tres que componen el libro a este “cambio social” (cuatro capítulos que desgranan la “revolución” producida en las relaciones personales, formas de vida, costumbres y diversiones, transportes y comunicaciones, en la sanidad, la tecnología, el papel de la mujer…) No contento con ello, insiste a continuación en una lista, quizá algo forzada pero también con matices interesantes: “Los 100 cambios de un país en cambio” (pp. 353-381).
Ahora bien, ese énfasis en la mutación del país a todos los niveles no se entendería o puede quedar cojo si no atendemos al proceso germinal, la madre de todos los cambios, que no es otro (en opinión del autor) que el éxito arrollador que conllevó el paso de un régimen político dictatorial, centralista a ultranza y aislado del mundo moderno a un sistema democrático, descentralizado e inserto en la Europa más avanzada y desarrollada. Por eso Ónega dedica los nueve primeros capítulos –toda la primera parte- a cómo se hizo la transición (“La construcción de la democracia”). El hecho de que hubiera “puntos negros” –título de la segunda parte: corrupción, crisis económica y pulsiones secesionistas- no empequeñece, siempre según él, un deslumbrante balance que debe ser motivo de satisfacción y orgullo.

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